HISTORIAS DE LA CONFINACIÓN DÍA 4

césar Farrés

Me ha costado mucho conciliar el sueño. En estos extraños días, la noche cerrada es un mal aliado para la relajación de los pensamientos, finalmente he caído víctima de las visiones limpias y claras de posibles soluciones para detener el mal común. Intento recordar cómo era la receta mágica que nos sacaría de este embrollo.

Ahora recuerdo, la ciudad, construida con las suma de diferentes tipos de containers, individuales, estándar, y king since, se amontonaban de forma coherente para configurar las diferentes calles de nuestra ciudad, una grúa gigante se encargaba de los suministros y del control del estado físico de cada uno de nosotros.

En el interior de los containers la vida era plácida y cómoda.

Harto de comida precocinada, cogí la cazuela, y de manera involuntaria empecé a golpearla con fuerza, una contra la otra. Al cabo de unos minutos el estruendo era monumental.

Nadie quería cocina pre co ci na da, nadie.

De pronto, tal vez por el ruido, me he despertado. Un poco confuso, voy a beber un vaso de agua. En la cocina pongo la radio y escucho un resumen del discurso de Rey y con una repentina clarividencia cristalina, veo que el 1º maquinista/conductor de la grúa era Jaime de Marichalar !!! ??? ...

"Marichalándome" he gritado, A LA BASTILLA !!!!!

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