Yo me quedo en casa
joan riedweg
— Por favor, ¡ya está bien!
¿Puede conservar la distancia de seguridad?
Es un hombre mayor con cierto desarreglo con aliento agrio, lo tengo casi tocándome la espalda.
— Tranquilo, no le he tocao…
Lo dice rascándose la barba y claro, viendo la pinta no vale la pena discutir con él. Intento apartarme con cierto recelo, no por su aspecto sino por temor al contagio. La cola es inmensa y la situación en el supermercado un caos: estantes, neveras, palés, totalmente vacíos. Gente con carros repletos de paquetes, latas, botellas, vegetales, carnes y embutidos, … ¡Por dios! Nos hemos vuelto locos. Esperando llegar a la caja observo la cola: miradas pensativas, rostros perdidos con evidentes síntomas de temor. Mi propósito era preparar una cena especial (algo de carne con foie gras flambeado con oporto), para una noche especial por aquello de “al mal tiempo buena cara” y he conseguido solo unos ridículos packs de embutidos variados, era lo único que quedaba en el estante. Eso sí, afortunadamente he conseguido un buen vino, con la que nos cae no debería hacer derroches, pero hoy haremos una excepción. El hombre de atrás tose, hecho que alarma a toda la cola, le dejo pasar para no tensionar más el momento y, sobre todo, para conservar la distancia de seguridad recomendada, eso sí, aguanto inconscientemente la respiración como si el contagio dependiera de ello, “estoy fatal”.
Llego a casa después de contemplar una calle desolada, persianas bajadas, sin coches ni peatones, todo vacío. Una imagen cercana a una película de catástrofes y muy lejos de la normalidad, nunca me había imaginado que pasaríamos por una situación tan crítica como esta.
“Hogar, dulce hogar”. Por fin en casa. Hoy preparamos una gran noche, como nos encanta la música cenaremos con la gran Filarmónica de Berlín, no se si sabéis que tiene todo el contenido de su web en abierto y puedes ver todos sus conciertos sin coste alguno durante un mes.
Cada noche cenamos con Mahler, Chaikovski, Debussy, Shostakóvich, o con compositores actuales como Thomas Adès (por favor, no se pierdan este joven compositor) y con una de las mejores orquestas del mundo con una calidad interpretativa excelente. ¡Bravo! A todos los melómanos y gente sensible, aprovechen esta gran oportunidad. Es evidente, yo me quedo en casa.