Confinado

Oriol bueno

Es la propia naturaleza humana que nos lo impide. Queremos salir, hablar, beber y fumar. Cuando decretaron el confinamiento, sabía que los “valientes” del barrio no lo cumplirían y así ha sido. Me paso el día mirando desde la terraza a los que se lo saltan y odiándoles con todas mis fuerzas. Les diría algo, pero no tengo ni ganas ni huevos suficientes. Estuve pensando en una posible solución para que todo el mundo lo cumpliera y al final di con ella.

Lo teníamos delante y no lo habíamos visto. Una solución económica, sostenible y divertidísima. Hay que liberar a los animales del Zoo de Barcelona, a todos. Bueno, serpientes igual no…

Sería magnifico ver campar a sus anchas a los elefantes por la calle Mandri, las cebras por Pau Casals, o los jabalís por Diagonal… Nadie haría salidas innecesarias y caso de tener que ir a la farmacia o a por leche, se convertiría en una aventura épica del tipo Jumanji. Sales del portal, miras a lado y lado a ver si se ha pirado el puma que estaba olisqueando las basuras hace un rato…

Al final la naturaleza tiende a reequilibrarse de forma natural. Estamos en la portería de casa y unos mandriles nos observan desde fuera. Parece que están disfrutando de la visita al zoo que les acabamos de crear por mi idea de mierda.

Voy a tener que salir. Me he quedado sin yogures de fibra y pan Bimbo para los bikinis de la noche. Suerte que el vecino del segundo primera es militante de Vox… voy a pedirle que me deje alguna escopeta de gran calibre.

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