HISTORIAS DE LA CONFINACIÓN DÍA 7

CÉSAR FARRÉS

Un café... No consigue elevar mi ánimo.
No se que escuchar, la duda me debilita. 
Se está estrechando el círculo, no hace sol, casi prefiero la lluvia antes que el gris plomo de un día con expectativas negativas.

Negro azul blanco verde, rojo amarillo o gris.

La importancia del matiz es lo que hace reavivar o debilitar nuestros ánimos.

Necesitamos encerrarnos fisicamente, confinarnos a cal y canto pero abrir nuestra mente para afrontar el tsunami con la mejor predisposición como mi joven vecina Marga, la del otro lado de la calle. Me ha hecho sentir como un traficante de diamantes culminando un gran pase. La distancia de seguridad, el intercambio de palabras con alguien desconocido, guantes, mascarilla y finalmente la entrega del material. La adrenalina, que pensaba que se me había acabado, ha hecho presencia y aprovechando el subidón pongo música de Zucchero, artista favorito de mi amigo Roger, un gran matizador.

Como si fuera el artista, con un micro imaginario, interpreto la canción Baila Morena y bailando como un poseso salgo a mi espacio favorito. El volumen y el ritmo van subiendo frenéticamente.

Sí, Marga me ha hecho llegar un Gel hidroalcohólico!!!!!

El matiz, el gesto, el tono y la solidaridad con la que actúa, me hace pensar que todos los colores de la pantonera tienen sentido.  

Desde el otro lado de la la calle me dice gritando para que pueda oírla, voy a comer!!!!, un poco avergonzado bajo el volumen y le pregunto que vas a cocinar??, riéndose casi a carcajada limpia me dice…VINO BLANCO, ARROZ NEGRO Y ENSALADA VERDE

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