Tasio - Capítulo 1
Sergio Rivas
Hasta donde yo sé, no habíamos tenido noticia alguna sobre el paradero de Tasio desde que desapareció hace ya unos cuantos años. Tasio se fue de la noche a la mañana, como quien pierde unas llaves o un billete de autobús. Y aunque toda desaparición de alguien querido produce rabia, tristeza, y una profunda desesperación, en cierto modo a nadie extrañó no volver a saber de Tasio. Hacia años que vivía ausente, fuera de este mundo, desaparecido para los demás y para él mismo. Con el tiempo, nos acostumbramos a vivir sin él, sin su elegante presencia, sin su tímida sonrisa, sin su delgada silueta siempre caminando al filo del abismo. Recuerdo aquella madrugada de invierno como si fuera la de hoy mismo. Hay escenas de una vida que se te quedan grabadas para siempre, escenas que con el tiempo se convierten en una premonición. Voy al coche a por eso, nos susurró el vacío de sus ojos. Dobló la esquina y se esfumó. Siempre he pensado que no lo tenía preparado, que fueron esos segundos.
Hoy han vuelto a ver a Tasio en la ciudad.