Un tranquilidad silenciosa

Quique Sentís

Estamos viviendo una pandemia inédita e incierta. La cara oscura de la economía global se ha convertido en un transmisor de un virus que está congelado la economía y la vida social.

Los estados y sus gobiernos muy debilitados están tratando de responder en un escenario que no controla desde hace tiempo y la UE se resiste a responder unida.

Mientras, los hospitales de varios países están desbordados y los sanitarios están luchando por atender a los contagiados con sintomatología más grave con un desgaste psíquico enorme. La pérdida de vidas, en poco tiempo, ya es muy alta.

Y con todo, en este escenario apocalíptico, en nuestra ciudad, mientras la primavera avanza ajena a todo lo que sucede, nunca habíamos vivido una tranquilidad tan silenciosa y pocas veces nuestras casas habían respirado tanta vida compartida como ahora. Nuestro hogar, pequeño o grande, sencillo o lujoso, se ha convertido en un refugio de nuestros cuerpos y de nuestras almas.

Por eso cada noche, sin falta, salimos a los balcones a aplaudir como agradecimiento a los sanitarios pero también como un acto colectivo, con muchos vecinos, para enfrentar la incertidumbre y celebrar la vida.

Captura de pantalla 2020-03-30 a las 12.23.17.png