EL EFECTO CORTE INGLÉS

Quique Sentís

Durante estos días de confinamiento he recibido, como la mayoría, infinidad de mensajes con invitaciones para llenar el “vacío” de links para visitas virtuales de museos, ver películas, óperas, conciertos musicales, teatro…. Y un largo etcétera.

Os he de confesar que no alcanzo a responder a tanto estímulo y me convierto en víctima, una vez más, del “Efecto Corte Inglés”: no soy capaz de diferenciar las ofertas ni de valorar su calidad. Mi interés se debilita y mi concentración se acerca a cero.

He pensado en porque se ha producido esta explosión, esta inundación en las redes de tanta actividad en un “momentum” de reclusión forzada. Una posibilidad es que una sociedad como la actual, hiperactiva, hiperconectada no soporta un stop, un parón tan generalizado como el que estamos viviendo. Se produce, entonces, un inmenso y colectivo síndrome de abstinencia que, como en todas las adicciones, aparece al interrumpir bruscamente la sustancia tóxica que la provoca.

Quizás si se prolonga el confinamiento varias semanas más, como es probable, las ofertas vayan menguando por puro agotamiento y porque al fin y al cabo cada uno busca refugio y consuelo en aquello que ya conoce y le satisface.

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