Historia de Coronavirus

La lágrima

Alfredo Vázquez

 - Papa, me acaban de llamar del Departament de Salut, me ofrecen la posibilidad de trabajar en el Hospital Sant Pau. Me enviarán las condiciones y el contrato de trabajo por correo electrónico. También me han dicho que responda lo antes posible pero que lo piense. Quería comentarlo con vosotros. Sé la decisión que voy a tomar, independientemente de lo que me digáis, pero igualmente quería saber que opináis. 

Andreu se quedo de piedra, aunque sabía que esta llamada sonaría. La pandemía estaba llegando a la parte alta de contagios y defunciones. Parecía que los jóvenes estaban escapando de los efectos del covid, e incluso los que se contagiaban apenas notaban sus efectos. Pero siempre podía haber una sobre-exposición, un caso atípico... Andreu, cambió este chip dramático de su cabeza, pensó como de joven se tiraba en parapentes de derribo, casi hechos a mano por ellos. Como hacía rutas por montañas donde los sustos de muerte eran innumerables, se jugaba la vida por sus aficiones con el objetivo de divertirse, y ahora en esta sociedad donde parecía que el riesgo mayor al que podía enfrentarse un jovén era una selfie imposible, su hijo le preguntaba: ¿que le parecía?. 

Era la pregunta más intima que su hijo le había hecho nunca y le había llegado al corazón. 

 - Joan, has elegido estudiar enfermería, esté es tu último curso y la vida te pone delante un reto. Tu has de elegir. Yo te apoyaré sea cual sea tu decisión. 

Andreu sabía que esa tenía que ser su repuesta, también sabía que su hijo iría de cabeza le tocara el lugar que fuera. Sintió que el riesgo de la elección de su hijo, era como el arañazo de una noche de amor. 

Lo hubiera abrazado como nunca, pero ambos eran parcos en muestras externas de cariño. 

Joan resolvió todo el papeleo por la tarde y se presentó ya por la noche en el turno de guardía en el Hospital Sant Pau.

Cuando Joan volvió a casa envuelto en la luz de un gris amanecer, su padre acababa de desayunar, estaba en el sofá del salón leyendo noticias y mensajes en el móvil. 

 - Buenos días papa!. Dijo Joan con voz de buscar la cama.

 - Buenos Días hijo! ¿como ha ido?

 - Muy duro papa, muy duro. 

Joan se dejó caer de golpe en el sillón, y continuó.

 - Recuerdas hace años cuando la abuela se despidió de todos nosotros poco antes de morir, tras asumir su momento con dignidad; Después del día de hoy, creo que ella me dio la mejor clase de enfermería sin yo saberlo. Me mostró la dignidad de sus últimos suspiros. Tu me lo explicabas y yo creí entenderlo. Está noche he acompañado a dos personas, les he dado la mano mientras se iban, mientras se morían... me sentí nieto de ellos dos, recordé a la abuela y les apreté la mano, con entereza y cariño. 

Andreu respiró profundamente por la nariz, y abrazó a su hijo desde el sofá con la mirada. 

Sin que Joan lo viera una lágrima de orgullo y pena llegó a su boca y sintió que con ella podría salar toda la lenta lluvia de esa gris e inolvidable mañana.