Lunes 1, autodescubrimientos
Montse Trias
Soy más casera de lo que pensaba. Mi abuela siempre me decía, a tu no se’t caurà la casa a sobre, pues mira, puede que sí.
Soy trabajadora y facilona para el trabajo. Y como apenas tengo trabajo, marujeo todo el día, no paro, y no me desagrada, tú.
Soy una cocinera decente. Para ser sincera, la mayor parte de las veces tengo que arrancar yo a la claque con un vaya, que bueno me ha quedado… Pero enseguida se entregan en cuerpo y alma.
Era una maniática del orden y el encierro está poniendo a prueba mi capacidad de autocontrol. Una mesa de ping pong improvisada en medio del salón, las pesas de gimnasia del niño en la estantería. Chill. En las habitaciones de mis hijos aún no me he atrevido a entrar, que todos tenemos un límite y no hay que ponerlo a prueba.
Hablo a diario con mi madre y mis hermanos. Y casi a diario con dos amigas. Son mi núcleo duro, aparte de los tres que me rondan.
Me entretengo con mil cosas y el día se me va volando.
Añoro subir a las aguas, los aperitivos delante del mar, los cafés con mi primo en el bar del despacho, las risas con mis amigos, la cerveza helada de después de correr, las clases de natación, las ocurrencias de mis sobrinos, los abrazos que derrochaba mi marido cuando no entendíamos de virus.