MEMORIA INFINITA

Mia Serra

Hace ya tres semanas que vivimos confinados en familia, Pau ha vuelto a casa para pasar juntos estos días con Valérie i conmigo. Somos tres y tenemos la suerte de compartir un apartamento espacioso y luminoso, tele-trabajamos, hacemos ejercicio -la bicicleta estática, abandonada durante años, vuelve a sus mejores épocas, reluciente y activa- cocinamos, leemos, conversamos y disfrutamos de esta ciudad silenciosa -me emociono cada atardecer con el sonoro homenaje que brindamos a nuestros sanitarios y demás personal que se desvive por nuestra salud y nuestro bienestar-, una ciudad sorprendentemente limpia.

Parte del tiempo lo estoy dedicando a digitalizar mi archivo de diapositivas, tengo unas 20.000…, la fotografía siempre ha sido mi pasión y desde que se normalizó la fotografía digital las tenía bastante olvidadas. Este ejercicio, metódico y paciente, me está transportando a tiempos pasados, recordando viajes fantásticos, reuniones familiares, antiguas amistades, familia y amigos que ya no están con nosotros, tantos y tantos recuerdos que vuelven estos días a mi memoria.

Cuanta información guarda nuestro cerebro! Todos estos recuerdos, estas 20.000 imágenes y otras muchas que gracias a estas vienen a mi memoria no las olvidamos, simplemente las guardamos en un segundo nivel para centrarnos en el presente y para vivir nuevos recuerdos, más experiencias, más y más imágenes. Somos unos privilegiados, manipulamos una máquina casi perfecta, una capacidad de almacenar vivencias y emociones casi infinita, que tenemos que cuidar y proteger, y estos días de confinamiento nos tienen que servir para aprender a cuidarnos y protegernos mejor.

Cuidaros mucho y cuidar mucho vuestro entorno, de esta dura y desconocida experiencia tenemos que salir mejores y más fuertes.

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