MADEMOISELLE VIOLETTE
Bea Langa
Llegué a esta casa muy pequeña, casi ni lo recuerdo, y mi nueva familia me acogió con amor y cierto miedo. Antes malvivía en otra casa que no tenía ni cédula de habitabilidad.
Ahora estoy en mi habitación con la hija mayor, que ha vuelto al hogar familiar, bordeando la cuarentena, tras perder trabajo, piso, pareja y casi su identidad.
Ella dispara: -Usted se está refiriendo al tipo alto, que estaba entrando en la joyería dispuesto a robar….
-¡¿Qué quieres mamá?!-
-Hija… ¡deja de hablar con la gata y sigue estudiando!, a tus años… ¿quieres decir que ensayando con Violette aprobarás las oposiciones para ser abogada?, acabarás en un chiringuito…
-Mamá, no son oposiciones y no estoy hablando con Violette, ¿a que no gatita linda?
-¿Quieres merendar un zumo de naranja con galletas? O prefieres de manzana… ¡¿me estás escuchando?!-
-Sí mamá, de manzana…
-Mejor de naranja, que tiene más vitaminas
Están todos en casa, juntos. Esta es mi familia, señores, un arbitraje continúo - pienso mientras me acurruco sobre mi cuello, suelto un aterciopelado maullido de hastío y pienso, otra vez, que también esto pasará.