El tubo de la pasta de dientes

Alfredo Vazquez 

Mañana de confinamiento. Le digo a mi mujer que soy como el tubo de la pasta de dientes; cada vez queda menos y hay que hacer más esfuerzo para sacar lo poco que queda dentro. Ella acababa de tírarlo retorcido como un trapo al cubo de basura, y yo en un esfuerzo poético lo rescato, aprieto el flácido tubo plástico en el borde de la pica varias veces, para dejarlo liso y recto, trasladando todo lo que puedo de la pasta hasta las boca del tubo, para finalmente cederselo a ella, cosas de la madurez marchita.
- Toma aprieta un poco con el dedo, algo saldrá.
Noto su mirada de reojo envuelta en sonrisa piadosa.
Introduce el dedo detrás de la boca del tubo de pasta de dientes y abre la tapa. Siento una pícara alegría al ver que un poco de pasta blanca asoma por la boca del tubo dentífrico. A mis ojos ese tubo parece haberlo dado todo en su vocación diaria. Mi mujer, con voz tierna, y humor sarcastico, me dice.
- Lo has conseguido queda para una "buena" cepillada más!!!