Héroes
Juan Garcia de Oteyza
En las escenas de batallas de la película Barry Lyndon de Stanley Kubrick (1976 ) me llamó poderosamente la atención ver como los infantes caían como moscas a medida que avanzaban imperturbables. Esa escena se ha repetido en todas las guerras incluidas la Primera Guerra Mundial y también en la Segunda (no hay más que recordar las dramáticas escenas del desembarco en Normandía).En todas esas guerras los generales observaban intocables la batalla desde su atalaya. Desde entonces siempre he pensado que mi vida valía más que una guerra y que si tenía la mala suerte de verme en medio de una me haría el muerto.
Cuando oigo las noticias de los sanitarios caídos “ en combate” se me revuelven las tripas al pensar que la mayoría de ellos han muerto debido a unas lamentables condiciones higiénicas y que a pesar de todo han seguido “ avanzando”. ¿Valor o inconsciencia?.¿Realmente merece la pena jugarse la vida por no disponer de bata, guantes y mascarilla?. En mi caso, si fuera sanitario, exigiría que el Ministro de Sanidad (el General de la batalla) estuviera a mi lado toda la jornada y en caso contrario desertaría.