El Jardín de las delicias
Alfredo Vazquez
- Querido Alfredo , me han mandado tu escrito, me has emocionada como siempre. Ya sé que estáis todos bien y bien juntitos, os mando un fuerte abrazo.
- Gracias Anna!! Sí, sí, bien juntitos!!! Un besazo para todos!!! Te puedo llamar?
Tras este inicio de whatsapp con Anna Rierola, amiga de media vida, hablamos por teléfono un buen rato contándonos nuestra situación de confinamiento.
- No te lo comenté Anna, siento mucho que hayas tenido que anular tu exposición en el recinto modernista del hospital de Sant Pau.
- Eso es lo de menos, ahora estamos por salir de este embrollo.
Anna es artista digital, y le pregunté que me explicara la obra que está pendiente de presentar, y en la que lleva años trabajando: "El jardín de las delicias".
Anna reúne imágenes sorprendentes realizadas con microscopios y microscopios electrónicos en el centro de investigaciones científicas en un único y grandioso cuadro de 6 m. * 4 m. dotándolas de colores intensos. Consigue que lo invisible sea gigante y que los colores te lleven a los detalles más recónditos de la vida usando además una técnica propia de impresión y soporte. Pero el esfuerzo grandioso del cuadro es formar este jardín con todos estos trozos que representan lo más pequeño de los seres vivos: organismos, tejidos, células y sus orgánulos para organizarlos y plasmarlos en una composición llena de sentido estético, color, equilibrio y armonía, simbolizando la vida.
- Se me ocurrió el título del jardín de las delicias como referencia al cuadro del Bosco, donde el pintor hace una composición de la especie humana con el paraíso y el infierno en los extremos y la vida terrenal con múltiples escenas en el centro. Salvando las diferencias, yo buscaba mostrar ese jardín de la vida pero en el mundo nanométríco, a nivel celular haciéndolo gigante a nuestros ojos.
- Seguro será impresionante. Ya el mural que conforma el cierre del Institut de mar en la Barceloneta que inaguraste el pasado año es fantástico. Bueno espero que tras el verano podamos ver tu nuevo trabajo.
- Pero Alfredo, no sabes lo más alucinante de todo.
- ¿Qué?
- Dentro del jardín de las delicias que como te comenté muestra el equilibrio de todas las estructuras que conforman la vida, quise introducir un elemento distorsionador, quise mostrar que ese mágico equilibrio de la vida se podía ver trastocado por un pequeño agente discordante que puede provocar que todo se caiga como un castillo de naipes. E introduje dentro del cuadro, dentro del jardín de las delicias una imagen de un coronavirus en el centro inferior del cuadro. Mi intención era dejar constancia de la fragilidad de la vida ¿Quién me iba a decir a mí, que ese cabronazo rompería el equilibrio no solo de lo más pequeño de nuestro cuerpo, sino de todo un planeta?.
Yo con mi trabajo quería convertir lo pequeño en gigante, pero este cabronazo ha convertido lo nano en planetario.
Anna me pasó, el detalle del cuadro donde aparece el coronavirus. Quizás su obra fue profética, y premonitoria; un aviso adelantado para que cuidaramos nuestro jardín. Costará, pero sin duda volverá a ser delicioso.