HISTORIAS DE LA CONFINACIÓN DÍA 15+14

César Farrés

Después del tsunami, pequeños trozos componen el mosaico del silencio vacío. 

No quiero oír nada mas, las calles sin gente, el descubrimiento de distintos sonidos desnudos, los nuevos charlatanes que por respeto callan mas que hablan. 

El mudo mundo de rostros inexpresivos. Movimientos con impulsos naturales, barco de vela, avión de papel, globo, bicicletas engrasadas sin oponer resistencia, bajando a tumba abierta. 

Perpetua pregunta sin respuesta, el aliento como máxima expresión de júbilo, 

el oscuro espacio de la galaxia, ni frÍo ni calor, la nieve al caer, bucear sin botellas, 

dormir despierto, vivir dormido. 

La hoguera casi apagada y humeante, se acabó la fiesta, el grito de Munch, un minuto de silencio eterno. 

Una biblioteca cerrada, la sacrosanta confinación.

Estos sentimientos visuales, no son los ruidosos aplausos de las 8 al cuerpo sanitario, es el homenaje al que no resiste, al que ni siquiera tienes ganas de aplaudir.

Saliendo del túnel, nos acercamos a la realidad. EL SILENCIO SE PUEDE CORTAR

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