“Ain't no sunshine when she's gone”

Alfredo Vazquez

Con los años he adquirido la habilidad de navegar por internet eligiendo las olas que merece la pena planear. Antes de ayer veo un post en Facebook de una amiga de Vigo, que incorporaba un video musical, posiblemente no lo hubiera escuchado sino hubiera leído el comentario de mi amiga:

“ Tengo la suerte de presumir que tengo amistad de músicos tan grandes como los hermanos Pacheco y como personas son igual de grandes . Gracias por la sorpresa “

Le dí al play, y empezó a sonar una bella canción “Ain't no sunshine” de Bill Withers que precisamente acaba de morir a los 81 años hace apenas dos semanas.

“Ain't no sunshine when she's gone
It's not warm when she's away
Ain't no sunshine when she's gone
And she's always gone too long
Anytime she goes away”

Javi Pacheco (así se llama el amigo de mi amiga) la cantaba acompañando con su guitarra realmente bien, y la disfruté hasta el final. Es una canción soul rock melancólica. Cuando acabó la canción, Javi dedicó la canción a mi amiga Ester:

"Un beso Ester, que te pongas buena pronto.... recupérate!"

Al escuchar la dedicatoria, pensé que se refería a una operación que a que mi amiga fue sometida hace apenas unos meses. Igualmente le puse un comentario en Facebook.
“Imposible no recuperarse después de esta canción!!!
Me olvidé del tema. Pero al día siguiente me llama mi amiga Ester por teléfono.

- Hola Fredi, Ei!, A que es chula la canción que me dedicaron. Estoy en el hospital.
- Hola Ester, pero que te pasa, pensaba que era una dedicatoria antigua que habías colgado en el facebook.
- Tengo Coronavirus…

Ester, es la naturalidad hecha voz. Una niña dicharachera, que ni la edad consigue enlatar en mujer. No conozco lengua que tenga una conexión tan cercana al corazón. Me contó su odisea, lo mal que lo había pasado durante unos días y que había mejorado con un medicamento para la malaria. Estaba ya a punto de que le dieran el alta y se sentía sobre todo agradecida a los que la cuidaron, y solidaria con la gente mayor que sin móviles, redes y familiares estaban solos en su misma situación. Echaba de menos no ver las caras de las personas que la cuidaban.
Ester salió del hospital al día siguiente y colgaba en el muro de su Facebook un vídeo de su salida entre aplausos cruzados de ella y del personal del hospital. Me contaba que lloró de la emoción.
El chico que la acompañó en la ambulancia le dijo:

- Me podrías pasar el vídeo. Me he emocionado.

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