Reflexión entretenida 24

Joan Crosas

Hoy tengo un mal día. Será porque hace días que no vemos el sol. Tantos días grises a los que, por suerte, nos estamos acostumbrados. ¿Pero qué digo? ¿A caso no tenemos motivos para tener un mal día?

Llevamos ya no sé cuantas semanas de confinamiento pasando los días entre cuatro paredes. Los periódicos no dejan de bombardearnos con malas noticias. ¿Qué van a decir? El mundo, tal como lo conocíamos, se desmorona. Por más mensajes optimistas que buscan el lado positivo de todo esto, no podemos dejar de confirmar la cruda realidad. Esto es muy heavy.

A nuestro alrededor no dejan de crecer los problemas que esto va a ocasionar. Hablo con gente que ha perdido a familiares sin poder ni tan siquiera darles el último adiós. Gente que no va a poder salvar su negocio y no sabe cómo va a afrontar su futuro. Gente que no tiene dinero ni para comprar comida.

La incertidumbre crece cada día. Hoy, la OMS, advierte de la poca inmunidad hallada en los test y, por lo tanto, se esfuma la posibilidad de dejar pronto este aislamiento. Parece que esto va para largo.

Si, tengo un mal día. Y me recreo en ello. Reivindico el derecho a la pataleta y, al menos por un día, estoy de acuerdo con el mensaje que he recibido por WhatsApp de una persona que lo tiene todo perdido: “que se vaya todo a la mierda”.

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