Reflexión entretenida 26

Joan Crosas

Me siento frente al ordenador para escribir mi relato diario. Me he impuesto escribir uno cada día. ¡Qué absurdo! Nadie me obliga, nadie lo espera. Claro que no es tan difícil. A pesar de estar encerrado en una vida monótona hay miles de variaciones dentro de esta cotidianidad y tiempo no me falta, más bien me sobra. Pero hoy no consigo la inspiración necesaria, ese clic cuando ves algo que puede dar para una historia. ¿Será que estoy perdiendo facultades? No me extrañaría, tantos días, tantos temas… Y yo en eso de crear nunca he sido un lince.

En mi trabajo siempre he dejado la creación para otros, para los genios, yo prefiero la buena interpretación. Siempre he comparado la cocina con la música en eso. Hay buenísimos compositores y buenísimos intérpretes y ninguno de los dos es menos digno de admiración.

Están los que intentan crear una tortilla de patatas diferente, como nunca se haya hecho, esterificando, espumando, añadiendo ingredientes, que sé yo. Admirable, felicidades. Pero también los hay que intentan que la tortilla les salga más buena cada día, acertando al máximo su punto de cocción, su punto de sal, la proporción de patata, cebolla y huevo. Yo me siento identificado con estos últimos, Admiro al sushiman que ha pasado toda su vida haciendo el mismo niguiri buscando la perfección a la que nunca se llega.

Nada, no hay tema, sequía absoluta. Hoy la inspiración no llega. No me veo capaz de encontrar nada digno de 200 palabras. Qué más da, hay muchos días. Cierro la tapa del ordenador y me voy a leer.

thumbnail_Foto 26.jpg