Máscaras
Anna Serrat
No sé cuándo, en qué contexto, ni bajo la influencia de qué o de quién, mi padre decidió que las máscaras de la fotografía eran una buenísima opción para caracterizar a los personajes de una función poscomilona el día de Sant Esteve: "els nens xalaran, els farà molta gràcia, ja veuràs". Ojalá pudiera preguntárselo, en aquel momento todos mis esfuerzos se centraron en intentar disuadirlo (sin éxito alguno: el día en cuestión, entre turrones y neules, hubo llantos, gritos, miradas de pavor y desconcierto, carreras varias y escondites improvisados por parte de nietos y sobrinos-nietos).
Y resulta que el otro día, una amiga nos invitó a grabar una felicitación –a poder ser divertida– para su hijo, amigo del mío, que cumplía 16 años confinado y algo bajo de ánimos. Vi la luz: ¡daríamos salida, al fin, a las máscaras del avi!
Lo hicimos, con más o menos fortuna pero cargados de buena intención, y hoy, viendo las fotos de la puesta en escena, he pensado que ojalá se las pudiera mostrar al avi, explicarle que su curiosa adquisición al final había servido para algo bonito y enseñarle que su segundo nieto ya me pasa un palmo.