Elogio del instante

Quique Sentís

Estos últimos días, quizás por un final del confinamiento que se anuncia, me despierto pensando en cómo recordaré todo lo vivido en este tiempo.

Sé que es pronto porque todavía hay mucha incertidumbre y que nos adentramos en una normalidad muy anormal. Pero a pesar de ello nunca será igual a nuestra percepción, nuestro recuerdo ( derivado de cor y que significa volver a pasar por el corazón) de lo vivido durante las primeras semanas. El primer impacto de un mundo que se viene abajo, del desconcierto general, del miedo y la angustia, del temor a ser contagiado, pero también de la culpa por la posibilidad de contagiar a otro, las primeras visiones de las calles vacías de las ciudades y pueblos de casi todo el planeta es irrepetible.

¿Pero que quedará entonces en mi memoria de toda esta experiencia?

. El filósofo Josep María Esquirol en su libro “El respirar de los días” dice:

:” En cada fugaz instante del tiempo, algo se borra, se esfuma. La memoria se opone a ello, lucha contra ese continuo esfumarse. Es pues, poder de reacción, es como un retorno, que yo llamaría un retorno imaginario”.

Intuyo que los recuerdos serán agridulces y contradictorios porque la experiencia está provocando momentos muy inhumanos, pero también otros maravillosos. Lo único que les une es la intensidad emocional y la conciencia de estar viviendo un periodo histórico que provocara cambios profundos en nuestra forma de vivir, de trabajar, de viajar y de relacionarnos.

Muy duro por las muerte de gente desconocida pero también de familiares de amigos (sobretodo padres y

abuelos) ,por amigos ingresados en hospitales que están luchando por la vida, por el desastre laboral , empresarial que se avecina con economías y vidas arruinadas, por el padecimiento psíquico de muchos sanitarios y pacientes, por matrimonios/ parejas que no han podido superar la prueba del confinamiento obligatorio, por las noticias de un aumento de la violencia hacia las mujeres en una situación de menor control social y mayor impunidad de los agresores……. Por echar muy en falta los abrazos, los besos, las voces no mediatizadas, la presencia física de las personas que amas.

Pero también maravilloso porque, al no padecer el contagio hasta ahora (seguimos siendo muy vulnerables todos hasta que no contemos con la vacuna) ni estar en primera línea, , disponer de un tiempo, tranquilo y sosegado para hablar con los familiares, amigos, pacientes aún en la distancia, un tiempo para leer, escribir y pensar sin el trasiego y excesiva presión de citas y horarios, un tiempo para observar, mirar y descubrir desde la ventana a vecinos desconocidos, detalles de edificios, de balcones, de azoteas, un tiempo para cuidar tu cuerpo haciendo ejercicio físico con una frecuencia desconocida, un tiempo para disfrutar de las comidas en compañía, para dormir lo necesario , un tiempo para ver una buena película o escuchar a músicos y cantantes sublimes…….

Cuando todo pase no deberíamos perder el tiempo. No deberíamos perder la intensidad y la calidad de los instantes que hemos vivido y como decía Carmen Martin Gaite en su gran novela “Nubosidad Variable”:” poner el tiempo a nuestro favor”. Y no solo los buenos momentos también los malos que, si somos capaces de integrarlos, de darles un sentido son heridas que nos acompañarán siempre pero que nos harán más resilentes frente a la adversidad.

César Farrés en una de sus mejores “historias de la confinación” dice: “Tras el “reset” no podemos volver a la vulgaridad de la inmediatez”. Y LA INMEDIATEZ ES LA PÉRDIDA , PARA SIEMPRE, DEL INSTANTE.

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