Reflexión entretenida 35

Joan Crosas

-. Papá, papá, por favor, el cuento que nos gusta tanto, cuéntalo otra vez.

-. Vale, de acuerdo, pero meteros en la cama.

Hubo un tiempo en que la gente se pasaba el día trabajando, unos para comer, que les llamaban pobres, y otros para tener más y más cosas, llamados ricos. Las personas no tenían tiempo para nada tan ocupadas con su trabajo.

La tierra estaba llena de fábricas que echaban humos y ensuciaban la atmósfera. Las ciudades llenas de coches que funcionaban con un combustible llamado petróleo que ensuciaba el aire y las calles. Las familias tenían coches particulares y llenaban las carreteras con lo que llamaban atascos. Los mares y los ríos estaban sucios. Esas personas usaban los llamados plásticos, que no se destruían y llenaban los mares matando a muchos peces. Cada día había menos bosques y selvas y muchos animales veían amenazada su forma de vida. La tierra estaba muy enferma y eso era un peligro incluso para las personas que vivían en ella.

Un día apareció un virus que hizo que todos se tuvieran que quedar unos días en sus casas, que pararan las fábricas y apenas circularan coches. Las personas, encerradas, empezaron a ocupar el tiempo en otras cosas: unos tocaban instrumentos, otros pintaban, otros escribían, leían y hablaban de cosas de las que apenas habían hablado hasta entonces y compartían sus experiencias. Todas estas cosas les llenaban y les hicieron mejorar como personas.

Y tuvieron que ayudar mucho a los enfermos por el virus. Unos ayudaban a curarlas y muchos les aplaudían y las palabras solidaridad, compartir, empatía, poco usadas hasta entonces, empezaron a subir en la lista de palabras preferidas por todas esas personas.

Durante estos días el cielo se fue limpiando y las aguas se volvieron más transparentes.

Cuando estas personas, vuestras bisabuelas y bisabuelos, salieron otra vez a la calle se dieron cuenta de que la tierra se podía curar, que los animales podían recuperar sus hábitats y que todavía estaban a tiempo.

Entonces se negaron a dejar aquellas cosas que les llenaban y buscaron tiempo para desarrollar sus aficiones. Se negaron a consumir productos elaborados por fábricas que contaminaran (así lo llamaban) y que estuviesen envueltos con esos plásticos. Plantaron muchos árboles y los bosques se fueron recuperando y todos los animales pudieron seguir viviendo.

Las personas aprendieron lo bonito que era compartir y ayudar al otro y de esta forma el mundo empezó a cambiar hacia el que conocemos actualmente.

-. Otra vez papá, please.

-. Si, yo quiero el cuento del virus bueno.

-. No preciosos, a dormir que ya es tarde y mañana hemos quedado para una excursión por los bosques de Aragó y Meridiana y un picnic en el lago de Las Glories.

Barcelona, 3 de mayo de 2109, año 99 de la nueva era.

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