Reflexión entretenida 37

Joan Crosas

Ayer, como venía haciendo casi todos los días, salí a pasear con Terry después de las ocho. Resulta que coincidió por primera vez, sábado y domingo había salido más pronto, con la hora del deporte.

Pude constatar de primera mano lo que ya había visto en un video frente al Hospital del Mar donde el personal sanitario se ponía las manos en la cabeza y no daba crédito a lo que veía. Después de tanto esfuerzo parece que la gente no ha entendido nada.

Observé que, por mi ruta habitual, Lluís Companys y Parque de la Ciutadella, que ya está abierto, había más gente que nunca, que la mayoría caminaba, hasta aquí está bien, supongo que andar también es hacer deporte, pero también pude ver que apenas nadie va solo, van en pareja o grupos de tres o más personas, que la mayoría no lleva mascarillas puestas y que el distanciamiento social les importa un rábano, por decirlo suavemente.

Me entraron ganas de decirles lo que estaban haciendo mal. No me gusta meterme con la gente, pero resulta que en este caso es para el bien común. ¿O es qué queremos volver al principio nuevamente?

Esta mañana se me ha ocurrido que deberíamos salir a la calle en esta franja horaria, unos cuantos voluntarios y, subidos en cajones como los speakers corner londinenses, corregir a la gente.

- Tú, el de rojo, la mascarilla por favor.

- Vosotros tres, cada uno por su lado, si sois tan amables.

- Por favor, ese grupito, cada uno su caminito.

Y así concienciar o educar a la gente que parece que no lee la prensa ni escucha los consejos de los expertos.

Claro que el gobierno, sea del país, comunidad o ciudad, debería explicarlo mejor y usar sus medios, la guardia urbana por ejemplo, para que, subidos en cajas de cerveza, se colocaran estratégicamente en Diagonal, Lluís Companys o Paseo Marítimo y corrigieran a todos estos deportistas.

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