El parque

Montse Campins

Sabía que nadie me creería, lo sabía, por eso presté tanta atención a lo que estaba ocurriendo. Me dije : concéntrate, fíjate bien, observa cada detalle, pon todos tus sentidos a trabajar. No te distraigas ni un segundo, esto será rápido. Mira, mira, mira!!

Era viernes, 20 de Marzo, al principio del estado de alarma. Los hechos ocurrieron exactamente a las 8 y 7 minutos de la mañana, después lo escribí todo con pelos y señales para que no se me olvidara.

Vivimos enfrente de un parque en Barcelona, el parque ocupa el interior de una manzana, es un lugar bastante salvaje y frondoso, lleno de árboles y senderos, un regalo en medio de la ciudad. Obviamente ahora con las nuevas normas debidas al Covid 19, está cerrado.

Yo estaba en la pequeña terraza que da al parque, rodeada de mis plantas, no hacia nada, solo escuchaba los sonidos de las cotorras y de un sinfín de pájaros pequeñitos que revolotean sin parar por todas las zonas verdes. Por cierto montan bastante bulla.

Y entonces lo vi. Salió de los matorrales de la derecha, debajo de dos palmeras bajas, cruzó la zona desierta de juegos, pasó entre el tobogán y una especie de columpio extraño redondo y con una malla que gusta mucho y se escondió de nuevo en los arbustos de los bajos del edificio número 11.

Era un bonito conejo, de color beige almendra, bien alimentado, reluciente y travieso, se notaba que el parque era su hogar y su recorrido fue un espectáculo, en línea recta sin un titubeo, solemne, digno, elegante, gracioso, seguro, divino, como si fuera un bailarín cruzando un gran escenario.

Esa misma noche se lo conté por zoom a mi familia, estaban todos, todos los adultos, nadie me creyó.

Al día siguiente cuando hablé por face-time con mis nietos solo querían saber como era el conejo del parque. Desde entonces siempre hablamos del conejito.

Ayer mi nieto mayor que acaba de cumplir tres años y también vive al lado del parque, le tiró un biberón para que estuviera contento, cayó justo al lado del pino, perdió un poco de leche en el recorrido pero se veía bien.

Esta mañana no había nada alrededor del pino y como es sabido los parques pequeños de toda la ciudad siguen cerrados.