Reflexión entretenida 39

Joan Crosas

Creo de verdad que debería existir un consejo universal de asesores que en momentos de crisis tomaran las riendas del gobierno del mundo. Me temo que, durante un buen tiempo, las tendrían en sus manos pues nos esperan unas cuantas crisis. Su misión sería analizar los retos globales que se nos presentan y dar soluciones o, al menos coordinar, las posibles respuestas. Los problemas son complejos y su tarea no sería fácil.

Este consejo debería estar formado sobre todo por mujeres y por hombres sabios, es decir, hombres viejos con una larga experiencia y que su nivel de testosterona estuviese equilibrado y, sobre todo, no debería tener ningún color político.

Lo constituirían epidemiólogas, que en este momento ostentarían la presidencia, científicas de todas las especialidades que tendrían mucho trabajo para ayudarnos a combatir el cambio climático y economistas que tuviesen, inevitablemente, una visión global de los problemas que atañen a la humanidad.

También estarían presentes gente de la cultura y de las artes para que estas irrumpieran en la vida de todas las personas haciéndolas más humanas. Y quienes tendrían un papel imprescindible serían las pensadoras o filósofas. Esas mentes claras que saben analizar los escenarios como nadie y que a la vez nos enseñaran un poco a todos a pensar.

Quien creo que debería estar en primera línea es Slajov Zizek, hoy entrevistado en la Vanguardia a raíz del libro Pandemia que ya ha salido en formato digital en castellano y catalán.

Este filósofo esloveno de 71 años que ya ha demostrado en un sinfín de libros o trabajos la claridad de su mente, alejado del espiritualismo “new age” por poco resolutivo, nos dice cosas tan ciertas como que: “No habrá ningún regreso a la normalidad, la nueva normalidad tendrá que construirse sobre las ruinas de nuestras antiguas vidas. Tendremos que aprender a sobrellevar una vida mucho más frágil y comprender que no somos más que seres vivos entre otras formas de vida.”

O esto otro: “La solución no será el aislamiento ni la construcción de nuevos muros y posteriores cuarentenas. Hace falta una plena solidaridad incondicional y una respuesta coordinada a nivel global.”

Y, por último, hace una lectura del efecto del virus, un poco más allá, cuando dice: “El cierre por el coronavirus en china salvó más vidas que las que mató, con la reducción de la polución se han salvado las vidas de 4000 niños de menos de 5 años y de 73000 adultos de más de 70.”