DESCONFINACIÓN DÍA 15+ ST. J 10
César Farrés
El mejor de los pintores retratista que jamás había conocido Barry.
Pintaba al óleo, trabajada con la espátula llena de pintura y con cada gesto, de manera urgente, arrancaba los momentos mas profundos y las expresiones mas sinceras de sus “presas”.
La búsqueda, la luz, y la sorpresa, se aunaban en aquel viaje atrayente y desconocido que le esperaba.
El magnate Barry D. Collier, presidente y CEO de SeeFoods Inc., la mayor industria pesquera del Canadá y una de las tres Compañías mas importantes del mundo en dicho sector primario, quería rendir un imponente homenaje a sus ancestrales antepasados los “chiglit” o esquimales del Canadá, ubicados en el antiguo distrito de Mackenzie, en los llamados Territorios del Noroeste.
Barry conocía perfectamente la obra de Jaime y ya hacía mas de un año que necesitaba literalmente recoger la expresión de su “tribu”.
Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, había afirmado que las medidas de confinamiento social durarían muchas semanas más.
SeeFoods Inc., preferente empresa del sector primario, no tenía ninguna limitación para que su gente, se moviera libremente por Canadá.
Barry había intervenido directamente con los gobiernos español y canadiense, argumentando sólidamente que el arte en general, y el de Jaime en particular, era primera necesidad para la gran Compañía pesquera. SeeFoods Inc., dependía de su obra, para alentar y dar fuerzas a sus operarios extenuados y sin aplausos, mayormente de origen “chiglit”. Aparentemente no hubieron problemas importantes. Consiguió su objetivo.
Un jet privado en Barcelona lo llevaría a Frankfurt y tras 1h. de escala técnica, directamente al Aeropuerto Internacional de Vancouver. Entre pitos y flautas casi 20h. en el aire… un sacrificio para Jaime. Al día siguiente, desde Vancouver, volaría hasta una pequeña aldea a orillas del Colville Lake, donde Barry tenía una espléndida cabaña con todas las necesidades mas que cubiertas.
Los mas viejos esquimales del Canadá, esperaban en la cabaña al hombre que se disponía a darles continuidad, que les alargaría y reivindicaría su existencia.
Para obtener un culminar supremo, necesitaba fonambular con los “chiglits” y llegar a un estado de máxima integración espiritual, para que la expresión de su obra, fuera solemne y sobria, noble y modesta, como iba percibiendo día a día.
Casi tres semanas confinado en Colville Lake, Jaime se convirtió en un “chiglit” mas y obtuvo los gestos y las almas que buscaba transformar en eternidad.
La última noche antes de su regreso, comieron carne y pescado crudo, bebieron sangre de foca y durmieron todos juntos en el gran iglú.
DESCONFINADOS EN EL MAS CÁLIDO FRIO